No es tanto enseñar sino practicar. Como todo, las capacidades emprendedoras se pueden educar y trabajar, pero el emprendimiento es más una forma de enfrentarse a la vida, y no tanto el aprendizaje de ciertos conocimientos, por ello, lo más importante es trabajar esta actitud.
La actitud de un emprendedor se basa en:
- Lo más importante es creer en uno mismo, en tus ideas y cualidades.
- No dejar que la opinión de los demás te desanime a la hora de luchar por tus objetivos.
- Aprender a sacar el lado bueno de las cosas, un poco de optimismo siempre ayuda.
- Hay que tomarse los errores y las derrotas como un aprendizaje más.
- Un emprendedor es curioso, y busca aprender e innovar.
- Toma tus propias decisiones, no te dejes guiar por la opinión de la mayoría.
Es muy importante trabajar todas estas actitudes a edades tempranas para potenciarlas. Desde casa los padres podéis trabajar:
- El desarrollo de la confianza: Es importante trasmitir confianza a los más pequeños, que crean en sí mismos, que se sientan capaces de realizar acciones y proyectos, sin miedo a equivocarse.
- Trabajar la creatividad: Hay diversos estudios que determinan que las capacidades creativas son más potentes cuanto más pequeño es el niño/a. Es importante asegurarse de potenciar esta creatividad innata, ya que es un factor muy importante a la hora de expresarse y dar forma a las ideas.
- Enseñarles a aceptar las derrotas: Hay que trasmitir tranquilidad a los niños/as a la hora de cometer errores. Equivocarse es aprender y una oportunidad de mejorar. No hay que tener miedo a equivocarse.
Es muy importante abrir ciertos límites en cuanto al desarrollo personal de nuestros hijos/as, ya que la personalidad va a influir directamente en sus capacidades de emprendimiento y desarrollo ante la vida.